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lunes, 20 de junio de 2016

Modernización de un cuento infantil


EL SIRENITO

En el fondo de los océanos había un precioso palacio en el cual vivía la Reina del Mar junto a sus cinco hijos. El más joven, el Sirenito, que era el más guapo.
El soñaba con salir a la superficie para ver el cielo y conocer el mundo.

Pero su madre le decía que solo cuando cumpliera los 15 años tendría su permiso para hacerlo. Pasados los años, finalmente llegaron el cumpleaños y el regalo tan deseados.

El Sirenito por fin pudo salir a respirar el aire y ver el cielo, después de oír los consejos de su madre: 'Recuerda que el mundo de arriba no es el nuestro, sólo podemos admirarlo. Somos hijos del mar. Sé prudente y no te acerques a los humanos'.
Y al emergerse del agua el Sirenito se quedó de boca abierta. Todo era nuevo para el. Y todo era hermoso, ¡fascinante! Sirenito era feliz. Pasados unos minutos, Sirenito pudo observar, con asombro, que un barco se acercaba y paraba. Se puso a escuchar voces. Y pensó en lo cuanto le gustaría hablar con los humanos.


Pero miró a su larga cola y comprendió que eso era imposible. Continuó mirando al barco. A bordo había una gran fiesta de aniversario. La capitana del barco cumplía veinte años de edad.
Sirenito se quedó atónito al ver la joven. Era alta, morena, de porte real, y sonreía feliz. El Sirenito sintió una extraña sensación de alegría y sufrimiento a la vez.
La fiesta seguía hasta que repentinamente un viento fuerte agitó las olas, sacudiendo y posteriormente volcando el barco. Sirenito vio como la joven capitana caía al mar.
Nadó lo que pudo para socorrerla, hasta que le tuvo en sus brazos. La joven estaba inconsciente, pero Sirenito nadó lo que pudo para llevarlo hasta tierra. Depositó el cuerpo de la joven sobre la arena de la playa y estuvo frotando sus manos intentando despertara..
Pero un murmullo de voces que se aproximaban lo obligaron a refugiarse en el mar. Desde el mar, vio como la joven recobraba el conocimiento y agradecía, equivocadamente, a un joven hombre por haberle salvado la vida.
Sirenito volvió a la mansión y les contó toda su experiencia. Después pasó días llorando en su habitación. Se había enamorado de la joven capitana pero sentía que jamás podría estar con ella.
Días después, Sirenito acudió desesperado a la casa del Hechicero de los Abismos. Quería deshacerse de su cola de pez a cualquier precio. E hicieron un trato: Sirenito tendría dos piernas a cambio de regalar su voz: "Si la mujer que amas se casa con otro, tu cuerpo desaparecerá en el agua como la espuma de una ola".
Asintiendo a las condiciones del hechicero, Sirenito bebió la pócima mágica e inmediatamente perdió el conocimiento. Cuando despertó se encontraba tendido en la arena de la playa, y a su lado estaba la joven capitana que intentaba ayudarla a levantarse. Y le dijo: "te llevaré al castillo y te curaré".
Durante los días siguientes, Sirenito pasó a vestirse como un caballero, y acompañaba a la príncesa en sus paseos. Era invitado a los bailes de la corte pero como no podía hablar, no podía explicar a la princesa lo que había sucedido en la noche que la salvó.
La princesa no paraba de pensar en el caballero que pensaba haber salvado su vida y Sirenito se daba cuenta de eso. Pero el destino le reservaba otra sorpresa.
Un día, avistaron un gran barco que se acercaba al puerto. El barco traía un desconocido que enseguida llamó la atención a la princesa. Sirenito sintió un agudo dolor en su corazón, y sintió que perdería a su princesa para siempre.
La princesa quedó prendada del joven desconocido, que no era otra que el brujo disfrazado, y al haberle robado su voz, la princesa creyó que era su salvador y se enamoró de el. 
Le pidió matrimonio, y para celebrarlo fueron invitados a hacer un gran viaje por mar al día siguiente, acompañados también por el Sirenito. Al caer la noche, Sirenito, recordando el acuerdo que había hecho con la hechicero, estaba dispuesto a sacrificar su vida y a desaparecer en el mar, hasta que escuchó la llamada de sus hermanos.
- ¡Sirenito! ¡Sirenito! ¡Somos nosotras, tus hermanos!. Escucha con atención, hay una forma de romper el hechizo y recuperar la voz que el brujo ha robado. Si besas a la pricesa conseguirás que se enamore de ti y se rompa el encantamiento.
El  Sirenito corrió y corrió hasta el gran salón donde iba a comenzar la ceremonia de boda. Cojió a la princesa y la besó, dejando a todos boquiabiertos. 
El hechicero recuperó su desagradable voz y aspecto, y el sirenito pudo explicar lo que había ocurrido realmente. El brujo fue encerrado en el calabozo, y la princesa se disculpó con el Sirenito.
Esa misma tarde se celebró la boda entre el Sirenito y la princesa, y todos cantaron para celebrar su amor.
FIN

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